Esclavo de tus deseos Part 1

Nota: Esto es una pequeña intruducción me extendí mucho pero era necesario desde el proximo cap empieza el Jaemin espero que les guste n.n

El sol llego a mi rostro, anunciándome que empieza otro día de miserable vida, ¿Cuánto ha pasado desde que vivo así? No lo se

Anteriormente tenía una cómoda vida, vivía en una pequeña cabaña con mis padres, viví mi infancia de alguna forma feliz,  no éramos ricos, pero tampoco nos faltaba para comer, sin embargo recuerdo una vez que mis padres estaban desesperados porque ya no teníamos nada en ese entonces tan solo tenía 10 años y no entendía nada sobre aquellos problemas, un día alguien toco la puerta, y cuando lo abrí me encontré con 3 hombres, y en su rostro no había expresión alguna, tuve un mal presentimiento, sin embargo mis padres los recibieron, estuvieron discutiendo por un rato de algo que nunca llegue a escuchar, por un momento uno de ellos giro a verme y sonrió, aquello hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo.

Cuando aquellos hombres estaban a punto de salir de mi casa sentí un gran alivio, sin embargo solo duro un suspiro, porque sentí como mi padre me sacaba de la casa, recuerdo a mi madre susurrarme un “Lo siento” no entendía hasta que vi de nuevo a aquel hombre, gire mi vista confundido hacía mis padres.

-Cariño, tienes que ir con esos hombres-

¿Por qué?- le pregunte a mi madre –Yo quiero quedarme aquí- Un suspiro salió de los labios de mi padre.

-Porque tu ya no puedes estar con nosotros- Dijo con su voz fría de siempre –No tenemos y el dinero para mantenerte y por eso te hemos vendido-

Recuerdo que aquellas palabras hacían eco en mi mente, y parte mía no entendía o más bien no quería entender, mis padres no pudieron haber hecho eso.

De repente sentí un dolor en mis muñecas y es que me habían puesto unas esposas, recuerdo que en ese momento entre en pánico e intente soltarme, aquellos hombre me sujetaban mientras yo inútilmente me removía para que me soltaran.

Las lágrimas hicieron aparición ante mi desesperación cuando comenzaron a arrastrarme lejos de mis padres y de mi hogar

-¡Mamá!- Gritaba una y otra vez, pero ella se quedaba ahí viendo como me llevaban, sin inmutarse al igual que mi padre y en ese momento deseaba ver en s rostro algo de preocupación pro mi, por su único hijo, pero que jamás llego a ocurrir.

En un momento logre zafarme de aquel agarre, y sin pensarlo corrí hacia mis padres, quería que me dijeran que todo aquello era solo una broma, quería correr hacía los brazos de mi madre, que siempre me recibían abiertos cada vez que me caía cada vez que lograba golpearme contra algo y llorar hasta quedarme sin lágrimas.

Sin embargo lo llegue con ellos, algo me tiro contra el piso, un escalofrió recorrió mi cuerpo al sentir  una lengua sobre mi rostro y yo solo pude cerrar los ojos ante aquella sensación de asco.

-¿A dónde crees que vas precioso?- Aquel hombre susurro aquello en mi oído,  sentí su cuerpo sobre el mío, y comencé a temblar cuando sus manos comenzaron a pasarse sobre mi cuerpo –Sabes, realmente eres muy lindo, tendrás muchos clientes-

Pude sentir como de un jalón me levantaba del solo y aquellas esposas solo me lastimaban más.

-¡No quiero!- volví a gritar intentando volver a zafarme.

Seguí gritando, seguí llamando a mis padres, seguí llorando, pero nada de eso funciono, y de un momento a otro fui lanzado dentro de una camioneta.

-Es mejor que lo aceptes, desde ahora nos perteneces, y ya no habrá nadie que te ayude-

Y sin más cerró la puerta y todo quedo oscuro, ante aquellas palabras no pude evitar sentir como un nudo se formaba en mi estomago, y aun con  aquellas esposas, como pude me hice ovillo en uno de los rincones de aquella camioneta y caí dormido, aún con aquellas lágrimas recorriendo mi rostros, y también sin darme cuenta, entretanto forcejeo aquellas esposas habían abierto mis muñecas y ahora la sangre corría por mis brazos.

---------------------------------------------------

Cuando entre a aquel lugar por primera vez di un paso hacia atrás ante la impresión, sin embargo mi espalda choco con uno de los hombres que me llevo ahí.

Volví mi visa a aquel lugar, que olía a alcohol y a humo lo cual hizo que tosiera.

Había personas, tanto hombres como mujeres bailando, casi sin ropa, atendiendo mesas y me sonrojo al ver como algunos estaban sentados sobre las piernas de los clientes, mientras estos tocaban su cuerpo sin pudor alguno.

Fui prácticamente arrastrado por aquel lugar, hasta llegar a un largo pasillo lleno de puertas, aquel hombre abrió uno una de ellas y me jalo dentro.

-Este será tu cuarto­ Moví mi vista para poder verlo, aquello solo se componía e una cada, una ventana con barrotes y nada más –Toma- Dijo dándome un pedazo de tela -Esto será lo único que llevaras puesto, cuando termines de cambiarte avísame-

No dijo más, y salió del a habitación, mire aquel pedazo de tela y me di cuenta que era una especie de bata, me quite la ropa, y aunque me dijeron que aquello era lo único que debería llevar puesto, me sentía incomodo, así que me deje la ropa interior, y encima me puse la bata, que me quedaba bastante grande, no podía terminar de subirlo de un lado, cuando del otro caía por mis hombros, ya frustrado lo deje y lentamente asome mi cabeza por aquella puerta.

-¿Terminaste?- Aquella voz hizo que diera un brinco en mi lugar y solo pude asentir -¿Y tu ropa?- Yo solo levante los brazos para dársela y la reviso  -¿Dónde está tu ropa interior?- Ante aquello no pude evitar sentirme nervioso.

-Yo… solo… es que me siento incomodo-

Pude ver el enojo en sus ojos y recibí una cachetada, las lágrimas parecieron en mi rostro.

-Me importa un comino como te sientas, tu estas aquí porque fuiste vendido por tus padres a cambio de una suma de dinero, y tu obligación es pagar esa cantidad, y como no nos pagan a menos que te acuestes con un cliente, vete haciendo la idea de que estarás aquí toda tu vida, ahora deja de llorar y dame tu ropa interior-

Con miedo rápidamente me lo quite y se la entregue, tomo mi mano con fuerza y me arrastro más adentro en aquel lugar.

Llegamos a una oficina elegante, donde había una gran chimenea, lo cual hacía aquel lugar agradable.

-¿Cuál es tu nombre?- Una voz gruesa llegó a mis oídos, con mi vista intente buscar de donde provenía aquella voz, de repente aquella silla frente a mí se giro, y me encontré con un hombre elegante, bien vestido pero con el seño fruncido –No lo volveré a repetir ahora contéstame-

Su mirada me intimido y un nudo se formo en mi garganta, la verdad es que aun no sabía en que estaba metido y en mi infantil mente de ese entonces todavía quería creer que todo aquello solo era un mal sueño, o que mis padres llegarían en cualquier momento para sacarme de aquel lugar.

­S… Shi… Shim­ Hice una pausa la sentir como mis palabras se atoraban en mi garganta, pero seguí hablando, tenía miedo que hicieran algo peor que golpearme –Shim Changmin-

Ante mi respuesta aquel hombre me sonrió y me alboroto mi cabello.

-Bien Changmin- Dijo mientras palaba una mano sobre mi rostro en una acaricia, y sentí como un escalofrió recorría mi cuerpo –Si haces todo lo que te pedimos nadie te va hacer nada ¿De acuerdo?- Yo solo pude asentir y el volvió a sonreír –Bien, así me gusta- De repente chasqueo los dedos y el hombre que tenía mi ropa la aventó al fuego –Desde ahora tu nombre será Max, y solo tendrás esa ropa, conforme vayas creciendo se te cambiara, al igual que tus actividades, desde hoy aprenderás a cómo atender a los clientes-

Sus palabras llegaban a mis oídos, pero mi vista estaba perdida en las llamas que ahora consumían mi ropa.

---------------------------------------------------------------

¡Eres un inútil!- Aquellos gritos llegaban a mis oídos y solo podía encogerme en mi lugar.

Mi cuerpo me dolía horrores debido a todos aquellos pedazos de vidrio enterrados en mi cuerpo.

Al día siguiente de mi llegada mi entrenamiento había comenzado, me explicaron, que este consistía en 3 etapas, la primera era lo que realizaba ahora, ser mesero, atender a los clientes en todo lo que pidieran, eso incluía si te querían tocar, sin llegar a tener sexo, el segundo lo tendría cuando cumpliera los 14 años, que eran practicas de baile erótico, y el último que era a los 18 años no requería entrenamiento, pero era cuando vendías tu cuerpo, y era cuando comenzabas a pagar tu deuda, sumándole lo que gastaran en comida y ropa esos años que estuvieran en aquel lugar, hasta que cumplieras la mayoría de edad, en mi caso fueron 8 años.

Y en mi entrenamiento había descubierto que era bastante torpe, todo lo que pusieran en aquella charola caía al piso, cada intento terminaba en lo mismo, o sea un montón de botellas y vasos rotos en el suelo, y al estar descalzo todo aquello se enterraba en las plantas de mis pies, mi último intento de ese día terminó en un desastre, ya que choque con alguien más que llevaba una charola y todo callo en mi cuerpo ¿El resultado? Heridas por todo mi cuerpo.

Aquel hombre se enfado, pero no me golpeo.

-¿Sabes que todo lo que rompas ira directo a tu deuda verdad?-  Yo solo pude asentir –Bien­ Dio media vuelta y de un estante saco un botiquín –Toma­- Dijo entregándomelo –Ve a tu habitación y cúrate, mañana seguiremos.

Salí de aquel lugar hacía mi habitación y una vez dentro, deje que las lagrimas escaparan de mi rostro, en cada herida ponía algo de pomada, y aquello solo me hacía recordar a mi madre, el cómo me curaba cuando me causaba una herida y solo hizo que me sintiera peor, porque aquellos “Te quiero” habían sido falsos, toda mi vida hasta ese día habían sido falsos, tan solo una ilusión porque mis padres solo he habían construido una mentir donde yo creía que vivía con una familia feliz.

----------------------------------------------------------

Cuando terminaron mis entrenamientos mi vida de volvió una rutina:

Levantarse temprano, vestirse, desayunar lo poco que me daban, ayudar lo poco que me daban, tomar una ducha de agua fría, vestirse bien, atender a los clientes y soportar aquellas miradas lujuriosas que te mandaban o no decir nada cuando te tocaban y al final regresar a la habitación y dormir.

Todo aquello me daba asco y recuerdo que los primeros días me enojaba, por lo cual o golpeaba a los clientes o les gritaba, ellos se quejaban y a mí me tocaban golpes por un látigo en la noche.

Aquellas heridas eran tantas que tuve que aprender a no quejarme “nunca contradigas a un cliente” fue lo que me dijeron y aquello atrajo otra consecuencia.

Recuero una vez que me toco atender a un tipo, parecía tener dinero, mientras le servía el alcohol, sentía como pasaba sus manos por todo mi cuerpo, en todo momento fingía tener una sonrisa en mi rostro, estaba acostumbrado a que me tocaran, pero este tipo ya tenía sus manos dentro de mi bata.

-¿Cuántos años tienes niño?-

-O… once­- fue lo único que pude decir al sentir como sus manos ahora acariciaban mis nalgas

-¿Eres nuevo?-

-No yo… llevo 1 año aquí-

-Qué raro, no te había visto antes, ¿Cuál es tu nombre?-

-M…Max- El tipo sonrió y un escalofrío recorrió mi cuerpo.

Desde aquel día ese hombre me pedía para servirle y cada vez me sentía más nervioso a su lado.

Un día en específico me llevo a un pasillo donde no había absolutamente nadie, y en un movimiento me estampo contra la pared, sus manos recorrían mi cuerpo y su lengua mi cuello.

-Sabes, no creo aguantar hasta que cumplas los 18- Me susurro en el oído y al principio no entendí.

Entre en pánico cuando de un tirón desabrocho mi bata y al quedarme grande esta callo al cuelo, quedando completamente desnudo, en ese entonces no entendía mucho, pero por alguna razón sabía que aquello era lo que los clientes tenían prohibido hacer, a menos que cumpliera la mayoría de edad.

En un movimiento me giro y mi rostro se estampo contra la pared, algo hizo clic en mi cerebro y comencé a forcejear y a gritar.

-¡Suélteme!- pero a cambio solo recibí un golpe, el cual me abrió el labio y ante aquello mis lágrimas aparecieron.

­-Quédate quieto pequeño­-Me susurro nuevamente en mi oído –Y no te tenses o te dolerá- Podía sentir sus dedos en mi ano y su otra mano acariciaba mi miembro.

Solo pude cerrar mis ojos al sentir algo grande donde antes estaban sus dedos y  la mano la puso sobre mi boca acallando cualquier sollozo.

Sin embargo unos pasos interrumpieron cualquier cosa que estuviera que hacer, con dificultad gire mi vista y encontré a una de las ayudantes de la cocina.

-¿Qué cree que está haciendo?- Le pregunto molesta

Sentí como aflojaba su agarre y sin pensarlo corrí hacia ella, aferrándome a sus piernas y llore, llore porque la verdad había estado aterrado y susurraba cosas  sin sentido.

­Yo… yo no… quería… siento- Sentí sus manos acariciando mi cabello

-Tranquilo, ya paso- Yo tenía mi rostro en su estomago y solo podía escuchar las voces -¿Y usted no sabe que está prohibido, apenas tiene 11 años, si quiere tener sexo, consiga a alguien que ya tenga los 18-

Después de de aquello todo paso muy rápido, aquel tipo me había separado de la señora y este le había dado una cachetada dejándola inconsciente en el suelo, nuevamente me había acorralado contra la pared y yo solo podía llorar

-¡Qué demonios está pasando!  Aquel grito hizo que mi alma regresara a mi cuerpo, al escuchar la voz de mi jefe.

Nuevamente sentí como me soltaba y mis piernas no pudieron sostenerme por más tiempo y caí al suelo, mientras mi cuerpo aún temblaba, levante mi rostro bañado en lágrimas y pude ver como su vista recorría el lugar, primero vio a la señora inconsciente, luego vio mi bata, vio a aquel hombre y finalmente su vista se poso en mi y frunció el seño.

-Sr Kim, creo que las reglas son bastante claras-

-No me interesan sus reglas- Dijo enojado –Yo quiero a ese niño –Dijo señalándome –Le pagare lo que pida-

En ese momento mi jefe rio, mientras negaba con la cabeza

-Creo que no ha entendido Sr Kim, aquí está prohibido tener relaciones con menores de edad, no me importa lo que me pueda pagar, este chico no se lo puedo entregar­- Dijo aún con aquella sonrisa en su rostro  -A sí que por favor, regresa al salón principal y puede escoger a alguien más, que cumpla con la mayoría de edad.

-¡¿Quién crees que soy?!- Dijo gritando –Si yo digo que quiero a ese niño lo obtendré, no importa que-

Mi jefe suspiro y chasqueo los dedos, inmediatamente 2 hombres salieron y sostuvieron a aquel hombre.

-Lamento que todo esto tenga que terminar así, pero tendré que pedirle que se retire del establecimiento y que no vuelva, no podemos tener un cliente si este nos sigue las reglas-

Y ante aquello comenzaron a sacarlo del lugar, y yo solo podía escuchar como gritaba.

-¡Esto no se va a quedar así!- Y lo demás ya no pude escucharlo.

Fue cuando mi jefe se puso delante de mí con su rostro serio

-Y en cuanto a ti­- me dijo –Subiré tu deuda por haber hecho que perdiéramos a nuestro mejor cliente-

Yo solo pude asentir, la verdad es que no me importo, estaba feliz, me levante del suelo y lo abrace, sin poder evitar llorar.

Sentí como me separaba de su cuerpo, y se agacho hasta quedar a mi altura, podía ver su sonrisa y con sus pulgares limpio mis lágrimas

-Ya todo a cabo, no llores- Me dijo aún con aquella sonrisa- Recuerda que a pesar de lo que hacemos no es del todo correcto, siempre estaremos aquí para ayudarte, siempre nos apoyamos entre todos, porque todos somos una gran familia-

Sonreí ante sus palabras y lo volví a abrazar, sentí como sus dedos acariciaban mi cabello, y ante aquella tranquilidad caí dormido en sus brazos.

------------------------------------------

El sonido de mi puerta siendo abierta me despertó, gire mi vista y me encontré a aquel tipo que me trajo a este lugar hacia 5 años atrás, y es que aunque mi estancia en este lugar a pesar de lo que hacía se me había hecho agradable, y con el tiempo me había dado cuenta que  estaba rodeado de grandes personas que habían pasado lo mismo que yo, pero aquel tipo seguía sin agradarme.

Mis pensamientos fueron interrumpidos debido a que un cuerpo cayó sobre mí.

-Será tu nuevo compañero- Fue lo único que me dijo para luego cerrar la puerta.

Como dije antes, aquel tipo no me agradaba, sentía que nos trataba como esclavo, como basura, pero deje de pensar en aquello al sentir como aquel cuerpo comenzaba a temblar, lo separe de mí y me encontré con un par de ojos almendrados que se veían acuosos y rojizos.

-¿Estás bien?- Le pregunte, y en ese momento rompió a llorar.

Enterró su rostro en mi pecho y se aferro a mi cuerpo, con cuidado comencé a acariciar su cabello, hasta que sentí como dejaba de llorar su respiración se volvió regular y su cuerpo se relajo, supe que se había quedado dormido. Con cuidad lo acomode en la pequeña cama y me quede dormido junto a él.

Al día siguiente desperté y me encontré con aquel niño, ahora con la luz del día lo podía ver mejor, su piel era blanca y su cabello era de un color rojizo, y no pude evitar sonreír.

Cuando abrió sus ojos se sobresalto al verme y en un movimiento rápido se incorporo, no pude evitar reír.

-Tranquilo, no te hare nada- Le dije y eso pareció tranquilizarlo, de repente sus ojos se vuelven a llenar de lágrimas

-¿Y mi mamá?- Me pregunto y sentí como mi corazón se encogía.

-¿No lo sabes?- El negó con la cabeza

-Yo me quede dormido en mi cama y cuando desperté estaba dentro de un lugar oscuro que se movía, luego me trajeron aquí-

No pude evitar suspirar, aquel niño no sabía que sus padres lo habían vendido y no sabía que era peor, que ellos no te dijeran nada y que de un día para otro despertaras en un lugar que no conoces o ver a aquellos que siempre te dieron su cariño dándote la espalda, diciéndote que ya no les sirves y que prefieren el dinero que a ti, sin embargo ambas formas eran crueles al fin y al cabo.

-Yo…- La verdad  es que me era difícil decirlo, porque al fin y al cabo yo había pasado por lo mismo y era muy difícil asimilarlo -¿Cómo te llamas?-

-Taemin- Me dijo –Quiero ver a mi mamá- Volvió a decirme.

-Mira Taemin, lo que te voy a decir es algo difícil de decir- Suspire un poco y pude ver cómo me miraba con curiosidad –Ya no podrás ver de nuevo ver a tus padres- Su mirada cambio a una de susto –Ahora vivirás aquí, con nosotros-

-¿Por qué?- Me volvió a preguntar ya al borde del llanto nuevamente

-Cómo te dije antes, esto es algo difícil de decir, y sé que tal vez no me creas, pero tienes que aprender que así son las cosas –Hice una pausa y revolví mi cabello con desesperación –Tus padres te vendieron a un prostíbulo- Y como respuesta recibí una cachetada, cuando gire mi rostro pude ver el suyo empapado en lágrimas y se podía ver que estaba furioso.

-¡No lo vuelvas a decir!- Me gritó -¡Mis padres no harían eso!-  Y yo solo pude sonreír tristemente

-Yo pensaba lo mismo- Le dije y ante aquello su mirada cambio a una de shock

No  pude seguir porque la puerta se abrió y aquel tipo que tanto detesto apareció, mi miro con molestia y luego miro a Tae.

-Max es hora de trabajar- Me dijo –Y tu- dijo ahora dirigiéndose a Taemin –Toma esto y cámbiate- Pero Taemin seguía llorando y eso lo enfureció -¡Ya deja de llorar!- Le gritó y pude ver como estaba a punto de golpearlo y me interpuse, recibiendo el golpe.

Pude escuchar el bufido molesto de aquel tipo y el gritó de sorpresa de Tae, la verdad aquello ya no me dolía.

-No lo golpees- Le dije –Que no te gusten los niño no significa que debas golpearlo- Con aquello frunció el seño- La próxima vez se lo diré a Yunho- Y ante aquello se enfureció más y yo sonreí -¿Qué?, te enoja que te haya prohibido golpearme- No dije mas y me acerque a Tae –Si te golpea avísame- Le susurre en su oído, y sin más salí de aquel lugar.

-------------------------------------------------

Pasaron los días y desde entonces Taemin jamás me dirigió la palabra, pusieron otra cama en la habitación, y aquello jamás lo tome como algo personal, yo sabía muy bien que los primeros meses queríamos negar todo, pensar que aquello solo era una broma, yo aprendí a la mala y esperaba que Taemin lo asimilara pronto, porque podía sufrir mucho.

En el tiempo de trabajo podía ver como Tae se desempañaba muy bien, éramos tan diferentes, cuando tenía su edad era tan arisco con los clientes y el parecía adaptarse muy bien.

Una noche desperté debido a que mi puerta fue abierta con violencia, aquello me asusto, un poco y me incorpore rápidamente, vi como Taemin fue arrojado al piso con unas esposas en sus muñecas.

-Toma- Me dijo aquel hombre arrojándome una llave –La próxima vez no seré tan compasivo- La verdad es que no entendía nada de lo que me dijo.

Cuando salió me fije en Taemin, rápidamente le quite aquellas esposas y lo levante, podía ver su mirada perdida y sus lágrimas caían por su rostro, lo recosté sobre su cama y lo arrope, no sabía que le había sucedido, pero no se encontraba bien, solo comencé a acariciar su cabello hasta que note que dormía.

¿Qué había pasado?

------------------------------------------

Cuando desperté pude ver el estado en que se encontraba Tae, tenía moretones por todo su rostro, y le habían partido el labio, enojado me puse mi bata y camine hasta la oficina de mi jefe, a la oficina de Yunho.

Cuándo entre me sonrió, sin embargo al ver mejor mi rostro se puso serio

-¿Paso algo?- Aquello hizo que explotara

-¡Quiero saber qué demonios paso con Taemin anoche!- Un suspiro salió de sus labios y masajeo su sien.

-A noche Taemin escapó, recibí una llamada de sus padres de que estaba ahí, y le pedí a Siwon que lo recogiera-

Solo baje la cabeza ante aquello, y apreté mis puños Taemin debería de esta destrozado porque al fin había comprobado aquello que le dije 1 mes atrás, pero por ese momento aleje ese pensamiento al recordar el estado de Tae.

-¡¿Y eso es motivo para golpearlo?!- Yunho me miro perplejo

-¿De qué hablas?-

-¡Anoche Siwon lo trajo en un estado deplorable lo golpearon!- Yunho frunció el seño

-¡Yoochun!- El mencionado apareció rápidamente, siempre lo había admirado, era uno de los guardias de aquel lugar –Trae a Siwon- E inmediatamente salió de la oficina

-¿Es decir que no lo sabías?- Yunho me miro sorprendido

-Eso me ofende-

-Lo siento yo…-

-Lo sé, yo me encargare de Siwon, y en cuanto a Taemin, procura que hoy descanse- Asentí feliz y Salí de su oficina.

Comencé a caminar y en los pasillos me encontré con Siwon, le sonreí y él me miro con molestia.

A pesar de todo, ese día tuve que trabajar, y cuando tenía tiempo libre iba a verlo, para encontrarlo dormido, durmió todo el día, pero era mejor así, para que su cuerpo descansara.

Aquella noche, recuerdo que no podía dormir, debido a un peso extra sobre mí cuerpo, en un principio creí que era una almohada o algo por el estilo, pero cuando intente quitármelo me di cuenta que pesaba bastante para ser una simple almohada.

Lentamente abrí los ojos, pero al estar todo oscuro, me tarde un poco en acostumbrarme y cuando lo hice me incorpore un poco, haciendo que mi cabeza chocara contra algo duro.

Un gemido de dolor salió de mis labios, y me deje caer sobre mi cama, lleve una de mis manos a mi frente y un quejido de dolor llego a mis oídos.

Cuando pude enfocar mejor, pude ver a Taemin que se sobaba su frente.

-¿Taemin? ¿Qué estás haciendo?- Y es que el niño estaba sobre mi cuerpo

-Lo siento yo… yo no quería despertarte, pero tenía miedo y no podía dormir-

Ante aquello solté una carcajada y aún a pesar de la oscuridad pude notar como un sonrojo atacaba su rostro.

-¿Qué no puedes dormir? Jajaja, sabes que llevas todo el día dormido, creo que el hecho de que no puedas dormir es por haber dormido tanto Jajaja-

Y con cada carcajada, Taemin escondió su rostro sobre mi pecho.

-¡Ya! Deja de burlarte de mí- Medio me gritó.

-Jajaja vale, anda entra- Separo su rostro de mi pecho y me miro con curiosidad, sonreí y alce las cobijas –Vamos- Sonrió y sin dudarlo entro.

Lentamente fui cerrando mis ojos, pero mi sueño nuevamente fue interrumpido

-Hyung-

-¿Si?- Dije sin abrir los ojos.

-Lo lamento- Abrí los ojos antes aquel comentario y gire a verlo

-¿Por qué?-

-Por no creerte- Me dijo con sus ojos ya húmedos –Yo me logré escapar y conseguí que me llevarán a mi casa, y cuando llegue vi a mis padres sorprendidos al verme, yo creí que era por el hecho de que habían logrado encontrarme, y llore en los brazos de mi madre- Podía escuchar como su voz se iba quebrando –Después de eso todo fue normal, mis padres me sonreían, me abrazaban, y estaba feliz porque mi pesadilla había terminado y en ese momento desee que estuvieras ahí- Cuando menciono aquello lo mire confundido y el sonrió de una forma extraña –Quería restregarte en la cara que estabas equivocado- Solo sonreí un poco y el siguió hablando –Poco después tocaron la puerta y mi madre me pidió que la abriera, cuando lo hice me horrorice al ver a aquel tipo que me trajo la primera vez­ –“Siwon” pensé –Yo.. yo no sabía qué hacer, comencé a llorar, pero mis padres jamás salieron y después de eso me puso aquellas esposas y me cargo, vi a mi mamá por última vez cuando cerró la puerta de la casa y no hizo nada- Su rostro ahora estaba cubierto de lágrimas, pero deje que siguiera hablando –El me golpeo diciéndome que la próxima vez no sería tan amable y me aventó dentro de la camioneta, después de eso, no recuerdo nada yo… yo solo quería que todo lo que me dijiste fuera mentira- Y sin más se aventó a mis brazos, lo apreté a mi cuerpo en señal de apoyo.

-Lo sé- Le dije –A mí también me hubiera gustado estarte mintiendo­ Comencé a acariciarle su cabeza –Lo lamento-

Estuvimos así por un tiempo hasta  que escuche su voz nuevamente

-Hyung-

-¿Si?-

-¿Tus padres, también te vendieron?-

-Si-

-¿Quién fue el que te lo dijo?-

-Ellos- Se separó de mi y pude ver su rostro de estupefacción y sonreí –Ellos tuvieron el descaro de decirme que ya no podían mantenerme pero solo fue su excusa para deshacerse de mí-

-Lo siento- Dijo bajando la mirada

-No importa- Le dije, aún con aquella sonrisa en mi rostro –Eso fue hace mucho- El solo asintió –Anda, vamos a dormir-

 Ambos nos quedamos dormidos abrazándonos.

------------------------------------------------------------

Taemin estaba por cumplir los 13 años y yo aquel día cumplía los 18 años… aquello me atemorizo, porque la fecha de mi cumpleaños solo había traído consigo el hecho de que tendría que vender mi cuerpo.

-Hyung ¿Estás bien?- Su voz me había sacado de mis pensamiento y sol pude fingir una sonrisa y asentir –Estas nervioso- Aquello no era una pregunta

-Lo sé yo…-

-Lo entiendo Hyung, yo estaré igual cuando mi hora llegue, por cierto Feliz Cumpleaños- Y después sentí sus labios sobre los míos.

En  aquellos 3 años, nuestra relación fue modificándose, de los abrazos pasamos a los besos y luego a las caricias, y aun no entiendo cómo es que llegamos a esta situación, pero no me importa, porque amo a Taemin y así soy feliz, cada noche nos perdemos en las caricias del otro sobre nuestro cuerpo, pero jamás llegamos a la copulación debido a que está prohibido.

Sin embargo aquella noche fue diferente.

Pase mi lengua por el cuello de Taemin, mientras mis manos acariciaban su ya desnudo cuerpo (aunque no había mucho que quitar) sus gemidos en mi oído solo lograban excitarme más, separe sus piernas y me acomode entre ellas, movía mis caderas, simulando las envestidas, haciendo que nuestros miembros se frotaran entre sí, hasta que ambos llegamos al clímax.

Una vez recostados sobre la cama nos tape con aquella sabana, Tae se acurruco en mi pecho y lo abrace.

-Te amo- Le escuche decir y yo no podía estar más feliz.

-Yo también- Le dije para después besar su frente y ambos caímos dormidos

Aquella noche jamás la olvidare…

A pena madrugada el sonido de nuestra puerta siendo abierta hizo que medio despertara, y cuando se encendieron las luces escuche un grito.

-¡¿Qué demonios han hecho?!- Ante el grito Taemin se despertó y comenzó a frotar sus ojos por el sueño.

-Quieres calmarte Siwon- Le dije aún adormilado –A penas son las 3 de la mañana, apaga las luces, quiero dormir- Sentí la barbilla de Taemin sobre mi hombro y luego sus brazos rodear mi pecho, Siwon frunció el seño.

-¡Ambos acaban de romper las reglas!- nos dijo señalándonos –Saben que está prohibido tener sexo entre ustedes- Ambos nos miramos a un con caras somnolientas, para después mirar a Siwon.

-No tuvimos sexo­- Le dije

-Pero están desnudos y…-

-Y que- Lo interrumpí- Los besos y las caricias no es tener sexo- Pude notar como comenzaba a enojarse –Ambos seguimos siendo vírgenes-

Pero todo el sueño que tenía desapareció en cuanto vi como Siwon sacaba una pistola.

 -¿Creen que me pueden engañar?- Dijo apuntándonos con esta, pude sentir como el cuerpo de Taemin temblaba, pero intente calmarme al recordar que mi cuerpo lo protegía. Y  sin embargo sin esperármelo Siwon me separo de Taemin de un jalón, haciéndome quedar del otro lado de la habitación –Lo siento, pero ya no nos sirve tu cuerpo- Aquellas palabras hicieron que el miedo se apoderara de mi cuerpo y más aún cuando a punto con esa pistola a Tae, que ahora lloraba.

En ese momento no fui consciente e nada, corrí lo más rápido que pude, y cuando Siwon tiro del gatillo me abalance hacia el cuerpo de Taemin, en ese momento todo se movió en cámara lenta y de repente un dolor horrible cerca de mis costillas me hizo regresar a la realidad para después escuchar el grito de Tae.

-¡Changmin!- Todo era confuso, mi vista era borrosa, sentía sus manos bore mi cabello, y como repartía besos sobre mi rostro, podía escuchar su voz lejana –Quédate conmigo, no te mueras, por favor- Lo último que escuche fue el sonido de otro disparo y todo se volvió negro.

----------------------------------------------------------

Cuando abrí los aojos, lo primer o que vi fue el techo blanco de alguna habitación, intente incorpórame, pero alguien me lo impidió

-No te levantes- Gire mi vista  y vi a Yunho, Yoochun permanecía en un rincón.

-¿Qué paso?- Le pregunté y Yunho suspiro.

-Mira, escuche un disparo y cuando llegue a su hitación junto a Yoochun, Siwon te había disparato, Taemin estaba histérico y Yoochun comenzó a forcejear con él –Suspiro y siguió hablando –Siwon logro zafarse y volvió a disparar. La bala fue a parar en la cabeza de Taemin, hicimos todo lo que pudimos con ambos, pero la bola perforo el cerebro de Tae y murió instantáneamente- y mi histeria apareció.

-¡No!- Me incorpore rápidamente y sentí como mi herida se abría, pero no me importo -¡No me mientas!-

Yunho intentaba calmarme, pero yo solo quería salir de ahí, ver a Taemin y acabar con aquella pesadilla, pero Yunho le hablo a una enfermera, entre Yunho y Yoochun me sostuvieron contra la cama, mientras la enfermera me inyectaba un sedante.

Instantáneamente sentí mi cuerpo pesado y me sentía imponente al no haber podido salvar a Taemin, una lágrima salió de mis ojos y un susurro escapo de mis labios

-Taemin-

----------------------------------------------

Después de aquello me entere que Yoochun tuvo que dispararle a Siwon y este había muerto.

Aquel suceso solo hizo que aumentara mi deuda, el jefe de Yunho al enterarse del acontecimiento hizo que yo pagara los gastos de Taemin que comencé a pagar 1 mes después de aquello, ya que todo se había atrasad por mi recuperación.

“No es tu culpa” son las palabras que Yunho me repetía a diario, pero aquello no me importo, yo se que lo fue.

Y mi vida se convirtió en una rutina hasta que llego él.

Siguiente>>>