Destinos Cruzados Prólogo

Lo que a la mayoría le parece un caos, de hecho sigue unas sutiles leyes de comportamiento, galaxias, plantas, caracoles. Los patrones nunca mienten, pero solo algunos pueden ver como encajan las piezas.

Hay un antiguo mito chino sobre el hilo rojo del destino, dice que los dioses han atado un hilo rojo alrededor de cada uno de nuestros tobillos  y lo han atado a las personas cuyas vidas estamos destinados a tocar.  Este estilo se puede tirar o enredar, pero nunca se romperá, conoceremos, o chocaremos con aquellos cuyas vidas necesitamos o necesitan ser tocadas…

6.919.377.000 personas vivimos en este pequeño planeta. Esta es la historia de alguna de esas personas.

Yoochun era feliz a sus 15 años, nada le faltaba, y aunque provenía de una familia rica no le importaban los prejuicios, la mayoría de sus amigos eran de clase baja y para él era lo mejor.

Hoy en específico era un manojo de nervios, llevaba enamorado unos… bueno no se acordaba pero amaba al hijo del socio de su padre, lo había conocido cuando el pequeño tenía 5 años y el 7, ahora con 13 años el pequeño le encantaba, adoraba su tierna y tímida personalidad, la primera vez que lo vio se escondía en las piernas de su madre con un lindo sonrojo en sus mejillas, aún ahora que se conocían más el pequeño se sonrojaba ante su presencia y aquello le agradaba.

-Hyung- escucho su voz, y él se sobresaltó.

-Hola pequeño- Le dijo con una sonrisa nerviosa y revolvió su cabello, recibiendo un puchero por parte de este y rió.

Ese era su pequeño, que renegaba con cualquier cosa que lo hiciera avergonzarse, tal vez con lo que estaba a punto de hacer se ganaría su odio o desprecio, pero ya no podía soportarlo más, quería besar aquellos labios que siempre se veían resecos y así lo hizo.

No lo pensó más y lo beso, su corazón se aceleró, aquellos labios eran exquisitos, sin embargo no se movían, estaban estáticos, y su corazón se encogió, sabía que algo así sucedería.

Así que solo empujo más sus labios, para mantener la sensación en su memoria y se separo, bajo la vista sin atreverse a mirarlo.

Y cuando estaba dando un primer paso, alguien lo detuvo, se giro asombrado, y se encontró con el rostro de su niño sonrojado y algo le dijo que no le era totalmente indiferente, solo simplemente había sido la sorpresa del momento, y sonrió jalando a su pequeño hacía su cuerpo y juntando sus labios una vez más.

----------------------------------------

Era de noche y andaba de pésimo humor, su padre les había mandado llamar a él y a su hermano, pero eran las 12 de la madrugada y él quería dormir, su hermano solo había entrado a su recamara y gritado un “papá nos quiere en la casa de tu noviecito, apúrate”

Al final su hermano se había ido sin él y aún no entendía que sería tan importante como para citarlos a plena madrugada y en casa de su pequeño.

Y cuando estuvo en la puerta escucho un grito, se asusto y sin pensarlo 2 veces corrió lo más rápido posible, abriendo de golpe la puerta y cuando entró sus ojos captaron la escena más horrible que pudo haber visto, haciendo que su corazón se partiera en 2.

Su pequeño, el rostro de su niño estaba cubierto de lágrimas y podía escuchar su llanto, pero lo importante es que le había disparado a su hermano ¿Qué demonios había pasado?

-¿Qué hiciste?-

Fue lo que susurro sus labios, pudo ver como se sobresaltaba con su voz y giro a verlo, su rostro se veía asustada y regreso su vista al arma, y la vio como si se acabara de dar cuenta que es lo que acababa de hacer.

Y asustado soltó el arma con la que acababa de disparar a su hermano

-Yo no…-

-¡¿Qué hiciste?!-

Yoochun corría hacía el cuerpo de Yoohwan, viendo con horror aquella herida de bala, comenzó a moverlo una y otra vez, pero era demasiado tarde, estaba muerto.

Giro su vista hacía aquella persona que en esos momentos desconocía, no era su pequeño, sus lagrimas corrían por sus mejillas y este lo miraba asustado.

En un impulso se abalanzo contra él, haciendo que ambos terminaran en el suelo, solo que Yoochun acabo sobre él y comenzó a golpearlo una y otra vez en un arranque de impotencia, repitiendo entre lagrimas y gritos un “te odio” una y otra vez, hasta que aquella furia se volvió tristeza, haciéndolo detenerse lentamente y cuando paro completamente se encontró con el rostro lloroso de su pequeño deformado por sus golpes y cubierto de sangre la culpa se apodero de él.

-Lo siento- Dijo asustado de sí mismo por lo que le había hecho a la persona que amaba.

Y solo pudo abrazarlo a su cuerpo, sintiendo como se aferraba a su pecho y solo los sollozos de ambos se escuchaban en aquella casa.

-No te dejes llevar- Escuchó una voz ajena, se separó de aquel cuerpo un poco y vio a su padre.

Se sorprendió cuando vio que le costaba respirar y conforme bajaba las escaleras podía notar como estaba herido… herido debido a un balazo.

¿Qué demonios había sucedido ahí?

Sintió el cuerpo de su pequeño temblar y cada vez entendía menos.

-¿Qué fue lo que paso?- le preguntó a su padre.

-Fue él- Le dijo señalando al menor –Él se volvió loco, mató a sus padres- Dijo con dificultad y se sorprendió mucho –Me disparó y ahora- Respiró hondo –le disparó a tu hermano- Yoochun volvió a ver aquella escena en su cabeza –No te dejes engañar, quiere hacer lo mismo contigo-

-Eso no…- Su voz se detuvo cuando Yoochun levantó el arma y le apunto.

-¡Cállate!- Le gritó –Asesinaste a tus padres, a mi hermano y lo intentaste con mi padre- Sollozo -¿Quién eres? ¿Dónde quedo aquella persona que amo?-

-¡Es mentira- Escuchó gritarle –Yo no…-

-¡No me digas que es mentira- Le dijo apretando con fuerza el arma, haciendo que sintiera miedo, Yoochun no estaba bromeando -¡Te vi dispararle a mi hermano!-

-¡Lo sé!- Sollozo –Pero fue por…-

-¡No le creas!- Gritó su padre –Te quiere confundir, recuerda que asesino a tu hermano, solo dispara-

Los gritos de su padre llegaban a sus oídos así que desconecto su cerebro, cerró los ojos y jalo el gatillo…

A sus oídos llego un grito, con miedo abrió los ojos, viendo con horror como su niño se estaba desangrando.

Rápidamente corrió hacía él viendo la herida que él le había hecho.

-Hey- Golpeo sus mejillas –Despierta- las lagrimas comenzaron a salir nuevamente.

-Chun -se alegró al ver que seguía vivo

-Lo siento- sollozo  abrazándose a su cuerpo casi inerte –Yo no…- Un nudo se atoró en su garganta.

De repente tosió y un borbote de sangre salió de boca y notó que ya no lo veía.

Sus ojos veían el techo, su rostro estaba cubierto de lágrimas, golpes y sangre, de vez en cuando podía escuchar cómo se ahogaba con su propia sangre al sollozar, su cuerpo temblaba.

-Oye- Y escuchó otro sollozo, aunque no sabía si había sido suyo o de él.

-Tengo miedo- Yoochun tembló cuando notó como su respiración se volvía rápida y desesperada -¡No quiero morir!- lloró en un grito. Y aquella respiración fue disminuyendo.

Yoochun vio como dejaba de respirar…

Eso había pasado hace 10 años, su pequeño había muerto esa noche, su padre y él se deshicieron de su cuerpo, tirándolo al rio, se había llevado a cabo la ceremonia por la muerte de su hermano y de los padres de la persona que amó.

Él no había querido decir que todo eso lo había hecho su pequeño, y convenció a su padre de contar la historia de un ladrón que se había metido a la casa, y que habían secuestrado al menor, para hacerlo más creíble, sus cosas de valor las habían tirado junto con aquel cuerpo.

Desde entonces no había sido el mismo, decidía no volver a enamorarse, todo aquello había sido un trauma para él, así que construyo una barrera y se protegió del mundo exterior para no volver a sufrir.

Continuara...

Bueno, esta historia comienza aquí estaré subiéndola más seguido qué las demás debido a que la debo hace mucho tiempo  "¿Eres feliz loca?" Espero que les guste n.n